Asomada a la vetusta ventana, con el rostro avejentado, María Venganza Serena, miraba con sus ojos cansados el pasar del tiempo. Miraba, María, el abandono de su poblado, el tinte gris de lo que fueran colores, percibía la soledad del único ruido, el viento.
Poco le quedaba a Maria para cruzar el río.
Si el brillo de tus ojos es la expresión de tu pensamiento, mi sonrisa cómplice es la respuesta a tu deseo.
sábado
LIMITES (Arcilinda)
Arcilinda sabía que su libertad era un bien restrigido por su pensamiento. Pues resulta que cuando se desmurió aquella vez, comprobó que la muerte era el abandono del pensamiento.
Sin embargo, duda que la muerte sea la libertad y cuanto más piensa más limitada esta para volver a morirse.
Sin embargo, duda que la muerte sea la libertad y cuanto más piensa más limitada esta para volver a morirse.
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