jueves

LUEGO DEL PRESAGIO


Al hilo del articulo que he publicado el ultimo día del año 2012, me entero por medio del Presidente del colectivo al cual pertenezco, soy arquitecto, que el día 31 de diciembre se presentó por parte del Ministerior de Economía un proyecto de ley llamado “ley de Servicios Profesionales” que viene a borrar de un plumazo las incumbencias de los arquitectos.

Nuevamente, el indocumentado, amigo de algún empresario igualmente indocumentado que necesita mano de obra barata, tipo chino, ha puesto sobre la mesa otra degradación más del valor intrínseco de la sociedad, para beneficio del “mercado” entendiéndolo como una mera combinación de números cuyas adiciones se transforman en dinero a distribuir pero que si falla se transformará en deuda a socializar. Ningún valor para destruir  la dignidad de las personas que han dado su vida a una profesión, la han desarrollado y han contribuido al enriquecimiento de la sociedad desde los tiempos remotos. La Arquitectura.

Los arquitectos somos servidores de la sociedad, tenemos la visión humanista para dar sentido al uso de las máquinas y hacer que ellas contribuyan al espacio y al bienestar de las personas. Tenemos vocación artística porque manejamos con soltura y empeño fruto de horas ingentes de trabajo la  creatividad y así damos VALOR AÑADIDO al funcionamiento de la sociedad y mejoramos su estándar de vida, su ilusión por el progreso, su necesidad de comunicación. Reconstruimos las ciudades durante las guerras y después de las mismas. Utilizamos la simbología del desarrollo para motivar a los seres humanos a vivir mejor y con contenido que va más allá de los números y de las conjeturas inauditas de los mediocres dirigentes armados de autoridad pero sin ninguna sensibilidad por lo que legislan o hacen: El menosprecio hacia el otro como comportamiento permanente e inaceptable. Lo he vivido y observado en los últimos veinte años. 

El conocimiento es de ingenuos.

Vamos a darle a personas con menor formación y conocimientos universales la posibilidad de que decidan sobre conceptos de orden cultural, técnico, estratégico cuando no tienen ningún conocimiento más para ello. Igualemos para abajo. 

Será el empresario de turno, fruto de su última cena y de sus bacanales, el que decida cual es la ciudad que nos conviene, la planificación que lo sustente, la reglamentación técnica que la ampare y sus implicaciones civiles y penales. Cuando todo este construido a su merced nos daremos cuenta que es demasiado tarde. 

Seguimos mirando para otro lado. Sigamos formando a personas con alianzas de educadores universitarios “leales” al sistema endogámico y nepótico, para que cada día más se deprecie la visión universal que da la educación universitaria: La capacidad de desarrollar el pensamiento crítico para mejora de los asuntos “ut supra” de la sociedad. 

Los arquitectos no hemos sido los productores de la burbuja inmobiliaria ni los portadores de la desgracia económica manejada por bien acaudalados ingenieros económicos enajenados de la más elemental reflexión sobre el entorno humano donde se mueven.

Los arquitectos hemos padecido, en primer lugar, la desidia de la irresponsabilidad de dar crédito a quien no lo podía pagar. Resulta que ahora una gran mayoría de entre nosotros no pude pagar no solo los créditos que se les presentan a cobro, sino además tampoco  los impuestos que se lleva el Estado sobre sus exiguas ganancias, limpiando sus arcas que, literalmente, ya no tienen ni para comer. Un drama que el colectivo de arquitectos lleva en silencio.

No obstante la cultura y la educación nos ha preparado para dar vuelta con el recurso de la palabra y la utilización de conceptos las posibles ocurrencias de los indocumentados. Ya lo dijo la Sra. Aguirre en su desafortunado comentario, y ahora, en suerte de estoque final, nos quieren borrar del mapa, así como si fuera ordeno y mando.  Los niños no deben jugar con palos en los avisperos, la fuerza de la ocurrencia, siempre trae aparejado algún tipo de picadura, aveces fatal.



Los arquitectos estamos entrenado para  resolver sistemas complejos. Ahora nos toca resolver un conjunto complejo de decisiones simples cuyo valor de verdad tienen una filosofía maniquea de fondo y un origen perverso: El pensamiento específico hermético en virtud de medidas de dinero.


Lo que nadie logró en los últimos cien años lo logrará un escrito de ámbito económico, alejado de la realidad de un proyecto, del conocimiento especial para desarrollarlo, de la trayectoria necesaria para madurarlo. El arquitecto nace con ebullición de ideas pero tarde tres décadas en asentar su conocer  para sacar a relucir la sencillez del espíritu de saber. Se unirán todos los arquitectos de España, aunque nos hayamos mirado el ombligo y además movido en círculos egocéntricos. 

Pero para resolver sistemas complejos por medio de criterios creativos, manejo de la técnica, utilización de la táctica, manejar equipos, dirigir obras, pensar y hacer ciudades,  no es suficiente la formación de los ingenieros, ni de los ingenieros técnicos, ni de los aparejadores, pero si necesaria y para ello el fruto de muchos años de discusión y la LOE que vio la luz hace escasos 10 años y que ahora de un plumazo un iluminado pretende modificar, sin consenso alguno y me pregunto: ¿A quien beneficia? y  ¿Cuál es el tipo de beneficio?.

Es evidente que el origen de los Colegios y del Consejo es para el control de los colegiados y no para la sindicación y defensa de sus intereses. En el camino de los círculos egocéntricos, una vez mas, los nombrados a dirigir las organizaciones colegiales acceden al trono y en un mínimo desliz, se elevan para mirar por sobre los demás y vivir.....VIVIR de las nuevas formas de ese poder que no tenían. No hay más, salvo excepciones. Aquí estamos y con estas pintas.

A lo largo de los últimos años absolutamente todas las actuaciones técnico políticas  vinculadas al ejercicio de la profesión de arquitecto, fueron totalmente inertes, no han servido para nada. 
La des-armonización de la gestión tiene su base en conseguir objetivos menospreciando y destruyendo al otro por lo tanto, nunca se llega a los objetivos con potencial de crecimiento sino con un alto valor de decrecimiento a largo plazo. Hoy lo padecemos mientas siguen pensando algunos que hay que ahondar mas en las heridas. Así la opinión del arquitecto o de los arquitectos no tienen ningún peso específico, ninguna validez fundamental porque hay que  hablar frente a personas emborrachadas de prejuicios infundados. Entre tanto, observamos que las sociedades que nos rodean en Europa enaltecen y protegen la figura del arquitecto como bien cultural del país.

No obstante,  nos enfrentaremos a que el Ministerio de turno, cuyas incumbencias no están en absoluto en la base de este tipo de decisión  dé su sentencia, asesorado por quien más le convenga.  Echará por  la borda miles de horas de trabajo y razonamiento de personas que han puesto su conocimiento para todos, muchos pagados para ello. El perfil del perfecto SOBERBIO ensimismado por sus poderes mágicos que le atribuye tomar decisiones sin el más mínimo decoro hacia el conocimiento que lo circunda y que presumiblemente lo ahogará. Solo el dinero y el corto plazo tiene valor en la cabeza del idocumentado, fruto de esquemas de pensamiento territoriales, medievales y autoritarios, sobre los cuales sigue pivotando el pensamiento del poder en este país, muy a pesar de la trágica historia y de la vida de muchos pensadores, cuyo legado parece no haber servido de lección para nadie. Hay que ver donde esta España.

Sres. del Ministerio de Economía: la economía esta al servicio de las personas y no al revés.  Hay que llegar a la sociedad y al mercado en términos de equilibrio, a largo palazo y de manera planificada, para evitar que los intereses particulares del  mercado imponga sus pautas por sobre el interés general del país, que son sus PERSONAS, los Arquitectos somos y formamos parte del país.

Por si alguien no lo sabe, lo vuelvo a repetir, el DISEÑO es el valor añadido de una sociedad y para DISEÑAR hay que ejercitar una gimnasia preparatoria a LARGO PLAZO (en contra de los intereses de los mercaderes) como bien sabéis, de donde saldrá el espíritu de nuestro humanismo, justamente lo más necesario en estos momentos para la sociedad contemporánea ensimismada en sus especializaciones y aparentemente miope.

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