La violencia intelectual de los estudiantes ha ametrallando, cual enemigo, a ciertos grupúsculos radicales de policías pacíficos entrenados, en un afán recaudatorio: poner multas a coches fieles a sus dueños.
Este hecho, sucedió hoy al inicio de la tarde cuando, en la ciudad de Valencia, los estudiantes lanzaban palabras de forma abrupta y hostil causando daños invisibles en el mobiliario urbano y en los frentes de los edificios, grandes acumuladores de palabras.
Acosados, miles de policías se lanzaron a la calle este atardecer, para protestar por la violencia estudiantil de la que eran objeto sus compañeros de multas. En su marcha ignoró la policía que los edificios, esos grandes acumuladores de palabras, podían ser vaciados en su contra. En medio de la emboscada se vieron alterados el orden y la disciplina de la marcha, teniendo que refugiarse los servidores de la sociedad donde podían para evitar mayores daños personales.
Durante todo el ocaso, las ambulancias no daban abasto en la recogida de agentes heridos en las calles de la ciudad mediterránea.
Una vez más la crueldad de las palabras reunidas como verdades, es objeto de protesta de los cuerpos de seguridad del Estado. Un testigo ocular vio cuando un agente corría ensangrentado por los versos de Lorca, mientras decía:...¡me estoy volviendo loco!. Otro testigo vió como salían desde uno de los edificios palabras de otros ilustres estudiantes.
Finalmente, vaciadas de palabras acumuladas, las fachadas lograron entorpecer con su inseminación al normal desarrollo de la protesta de los militantes quienes, buscando refugio, encontraron edificios bancarios cercanos a la plaza del Ayuntamiento, únicas construcciones blindadas a las palabras que cobijaron sin riesgo alguno a su integridad física y psíquica.
Pese a lo inestable de la situación se percibe la interrupción de las hostilidades durante la noche y los jueces estan tomando cartas en el asunto aunque, dicen testigos, que la acumulación de pruebas es tan enorme (millones de palabras encontradas)que se ha provocado un verdadero atasco en las oficinas de los juzgados. No se sabe cuanto tiempo se tardará en dilucidar los hechos. Información emitida por los propios juzgados apuntan a que una vez ordenadas las palabras de prueba, se imputará a los culpables quienes según el fiscal podrían enfrentarse hasta 100 años de soledad.
Los bancos han anunciado su solidaridad con los cuerpos de seguridad y compensarán los desagravios propinados por los estudiantes. En efecto, mediante cursos de preparación para desahucios por morosidad en hipotecas, se dotará a la policía de un nuevo cuerpo y nueva fuente de trabajo. No hay que olvidar que la mayor parte de los padres de los estudiantes son potenciales deudores debido a la actual situación a la que llevaron al país por no trabajar, apuntó el máximo responsable del cuerpo. De esta forma, comenta un fiscal, se evitarán procedimientos judiciales onerosos porque los agentes retirarán voluntariamente las denuncias.
Desde Valencia, GKA.
1 comentario:
Ëstá buenísimo. Me encantò el humor con que está escrito.
Saludos.
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