martes

BARRERA

El patio recogió toda el agua de lluvia de la última tormenta.
Nada quedó sin ser mojado.
El olor a humedad inundaba el entorno. El silencio invadía los ruidos. Sólo el viento se hacía paulatinamente con el postigo de la ventana.

A lo lejos, la nostalgia no lograba escapar, para volver a instalarse.
A lo lejos, las almas resignadas al recuerdo, volvían a unirse para no hacer nunca explícitos sus reclamos.

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