Ya habian transcurrido los cuatro ciclos del sueño REM y me dispuse a que la mente se conectara con mi cuerpo.
Mi boca está reseca. Al incorporarme, sentí como mis organos tropezaban con el roce del "interior" de mis brazos.
Al espejo no lo puedo ubicar desde mi mirada intrínseca y por los enmarañados pelos matutinos sobre mis ojos pendiendo. Me encontré perdido.
Me di cuenta de inmediato que la aspiración de los ronquidos había podido, anoche, hacer que por mi boca fuera deslizándose la superficie de mi piel hacia dentro, mientras que expedía a mis entrañas fuera por mi vientre .
Ahora, dentro, todo es vacio, corrientes de aire, sed, formas y oscuridad. Fuera, lo imagino pero sólo tú puedes verlo reflejado en el espejo.
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