Los gritos sobrecogedores en la caída alarmaron al vecindario. Todos salieron a las ventanas en ese callejón sin salida.
-¡Siempre le gustó llamar la atención! dijo el del kiosco, …..¡era de esperar este espectáculo lamentable!
Sin embargo, la caída tomo por sorpresa a la verdulera. ¡No se lo podía ni imaginar!:
- ¡¡Ella venía siempre a comprar puerros!!...¡era tan sincera!, comentaba con tono desolado.
La policía no tardó en llegar: Hicieron algunas preguntas, levantaron acta y al arribo de la ambulancia se llevaron al cadáver.
Los vecinos de la calle no esperaron a la llegada de la brigada de limpieza urbana, entre todos, limpiaron la sangre y demás salpicaduras que desordenaban el paisaje de siempre.
Al final del día todas las ventanas, menos una, se cerraron.
- ¡¡Ella venía siempre a comprar puerros!!...¡era tan sincera!, comentaba con tono desolado.
La policía no tardó en llegar: Hicieron algunas preguntas, levantaron acta y al arribo de la ambulancia se llevaron al cadáver.
Los vecinos de la calle no esperaron a la llegada de la brigada de limpieza urbana, entre todos, limpiaron la sangre y demás salpicaduras que desordenaban el paisaje de siempre.
Al final del día todas las ventanas, menos una, se cerraron.
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