De lamentos precipita la tórrida y pálida noche, mientras la brisa baja del monte perfumando de azahar, sin prisas, su encuentro con el horizonte.Tus ojos son hechizo que me pierde e inconsciente me sumerjo en el olvido.
Olvidamos en la noche, para que al alba, mientras regresando la brisa penetra, acompañe la luz el resplandor y brillante turquesa bañe el Mediterráneo al Al Andaluz.
Para ese momento nuestro sueño de los dos borrado queda.
Sigamos al día sabiéndonos esperar para cada noche olvidarnos.
Sigamos al día sabiéndonos esperar para cada noche olvidarnos.
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